Los circuitos metálicos se conectan, chip en chip, rectángulo en cuadrado, electricidad corre por sus venas. Se enciende, aprende a vivir otra vez. Enamora el olor a plástico quemado, a cartón usado, sinapsis neuronales del infinito por obtener. Mis dedos lo tocan pero no sienten mucho, no distinguen la “a” de la “c”. Sin embargo veo en la pantalla lo más profundo de sus ser. Hasta parece más simple y funcional que yo misma si me dejo llevar.
Son las 6 de la mañana y todavía no la puedo hacer andar.
La prendo y apago, busco y solo parezco encontrar. La suspendo y la activo, como un oso sela se va a invernar. ¿Y las gentes y los amores? Recuerdos guardados en el inconsciente que afloran reprimidos en un jardín de flores y niños regordetes. Paletas de corazones parecen pedir. Pero si el mundo es una gran manzana… Algunos susurran que fueron robadas por los gigantes que se comieron aquel pedazo, del que nadie se atreve a preguntar. Ni el robot amable parece hacerlos callar.
Son las 6 de la mañana y todavía no la puedo hacer andar.
No hay botones que la arreglen ni lapiceras rojas que la corrijan. ¿Será porque la sigo buscando acá?
Los aparatos parecen invadirnos con la máscara de amigos útiles que para algunos lo son. Ostentación, pompa, grandeza y magnificencia parecen ser redefinidas. Utensilio del mañana hoy. Han sido nuestro amigables invasores desde el comienzo de los tiempos, creciendo a la par como fieles hermanos simbióticos.
Son las 6 de la mañana y no la puedo hacer andar.
Chorrean maquinarias por los campos y por la ciudad, imparables torrentes del avanzar de la humanidad hacia la eternidad.
… y no la puedo hacer andar.
La vida sigue siendo la misma.