¿Qué ruta?
La ruta.
¿De?
Mi casa a la ciudad, la vida a la felicidad, el amor al odio, del encuentro al altar, de la generación a la degeneración, de lo que sea a la muerte.
¿La de cada uno?
La del ser.
La de la luz blanca a las sombras. La de la fidelidad a la irrefutable conexión. Del dibujo al aborto. De la paloma a las tetas. De la testosterona al estrógeno. De tu vida a la mía y de la mía a la tuya.
De yo a vos.
De vos a mí.
De tus miserias a mis verdades.
De tu música a la nuestra.
De mi compasión a tu misericordia.
Del aventón al Panteón.
De tu mano a la mía.
De mi dedo a tu lengua.
Basta.
La lluvia caía sobre Champs-Elysées. En sus mentes no había infinitos más grandes que otros.