Fue como decirle a un sordo: “En realidad no es oxígeno lo que respiramos sino dióxido de carbono. Es toda una farsa de las grandes corporaciones para persuadirnos de consumir algo que en realidad no emiten.
Quién hubiera dicho, ¿no? Dióxido de carbono, nada más, todo lo que alguna vez necesitamos y siempre tuvimos.
Me pregunto entonces: ¿sigue siendo el oxígeno un símbolo de pureza? Pucha che, a quién se le ocurre poner un escalón acá.”
¿Era sordo o ciego? Ya no me acuerdo.