execrar

Hablo de mí, naturalmente.

No es un verbo sino un vértigo (Buscar).

Y tú no quisiste reconocerme cuando te dije lo que había en mí que eras tú. Ha tornado el viejo terror: haber hablado nada con nadie.

Si me amas lo sabré aunque no viva.

En extrañas cosas moro.

Se cerró el sol, se cerró el sentido del sol, se iluminó el sentido de cerrarse.

Y su vacío feroz.

Me abrís, me abro, me vuelvo de agua en tu poema de agua que emana toda la noche profecías.

[…] Del silencio.

Oh el color infernal de mis pasiones.

El poema es el espacio y hiere.

Yo preparo mi muerte.

Toda mi vida te espera.

[Yo sé que la vida, que el amor, deben cambiar.]

Esto dice mi máscara sobre el animal que soy.

Presiento un lugar que nadie más que yo conoce.

la canción que no le dejaron cantar sino a través de sus ojos azules ausentes (capacidad de estar en dos lugares a la vez, sin estar en ninguno, sin decirlo).

aciago 

sortilegio 

El que me ama aleja a mis dobles, abre la noche, mi cuerpo.

Qué es ese espacio que somos

Una idea fija

Una leyenda infantil

La lengua natal castra

Todo es pretexto para ser un pretexto, pensó Sombra asombrada.

Quiero ladrar, no alabar el silencio del espacio al que se nace.

Y sí, aquí en el Pirovano, hay almas que no saben por qué recibieron la visita de las desgracias.

Porque la ciencia psicoanalítica se olvidó la llave en algún lado: abrir se abre pero ¿cómo cerrar la herida?

El alma sufre sin tregua, sin piedad, y los malos médicos no restañan la herida que supura. El hombre está herido por una desgarradura que tal vez, o seguramente, le ha causado la vida que nos dan.

Yo, triste espera de una palabra que nombre lo que busco

¿y qué busco?

algo en mí me castiga desde todas mis vidas.

guarecerse

Siempre duermo con mi sombra; te invito a que la conozcas.

Hay un punto (donde el mundo)

Paso a paso el letargo se apodera de mí.


A las escritoras

2020