Te pienso en cada esquina, en cada lumbre (estás). ¿Dónde? Cómo.
Te extraño a vos, solo a vos. ¿O a mí?
Pienso en ensueños o en reminiscencias. Pienso. Soy. ¿Cuánto me diste de vos? ¿Me seguís dando a la distancia? ¿Me extrañarás? Mi corazón y mi mente se unen en añorarte, te añado a las cosas que llevo en mis venas.
Ruido, mucho ruido llevo a mi alrededor. Lleno. Me lleva. Y me vacía. Vomito brea.
Pero hay algo que me rompe la piel, hace años. No se supera el trauma de nacer. Te acompaña la herida inicial. Vital, inherente. Además de flotante.
Me llevo tus arrugas, tu sonrisa, tu rostro. Tu misterioso pensamiento, oculto tras la piel, tras tu boca. ¿Quién eres? ¿Alguna vez te conoceré? ¿Seré como vos? ¿Te llevaré conmigo?
Cuántos cafés valen tu olvido.
A Federico
2020