Y en los ojos ves

que ya se acerca

el asecho de la noche

la luna fiel compañera de Virgilio

en el andar

aunque siempre estuvo

en su terreno gana poder

en los delirios del cielo nublado

de la calle sin salida

aunque por una rendija se propicie algo de luz

todavía allí

entre las aguas y las flores del jardín

(de los presentes).