Como las novicias manchas de la pared blanca que me rodea
decido que ya tengo
las respuestas a las preguntas
que no me hice.
Como los ciclos de mis órganos
decreto
el estado de alerta
terminado.
Como el deseo de nacimiento me apremia
convoco con verdor
el talo más profundo
que me atraviesa circularmente.
Con el pérfido desvanecimiento del recuerdo
sumerjo el terror
el cierre
en el esmalte perlado
del árbol de Júpiter.